Malta se compone de tres islas principales, con la pequeña isla de Comino situada entre Malta y Gozo. Comino, de paisaje escarpado y escasa población permanente, es un paraíso para quienes buscan bellezas naturales intactas y calas secretas. Un viaje a Malta no está completo sin sumergirse en las cristalinas aguas del Lago Azul de Cominotto, una de las numerosas piscinas naturales del archipiélago.
A menudo subestimada, Malta es un destino de gran riqueza cultural, siendo un punto de encuentro de civilizaciones a lo largo de la historia.
La Valleta, su capital y Patrimonio de la Humanidad, es una hermosa ciudad barroca que alberga más de 320 monumentos, lo que la convierte en una de las ciudades más encantadoras y visitadas del Mediterráneo.
Mdina, una de las ciudades medievales mejor conservadas del mundo. Situada en el centro de Malta, esta ciudad es conocida como “La Ciudad del Silencio” debido al mutismo que se respira en sus calles. Escenario, entre otras muchas, de Juego de Tronos y Troya donde sus murallas, palacios y edificios religiosos nos trasportarán al siglo XV.
Rabat, la zona suburbial de Mdina, tiene un encanto natural y decadente, como si de un cuento se tratase. Mundialmente conocida por ser el lugar dónde se encuentran las catacumbas de St. Paul o St. Agatha.
Marsaxlokk es un tradicional pueblo pesquero conocido, entre otras cosas, por su famoso mercado callejero de los domingos. Seguramente tengamos la sensación de conocer el lugar por ser la típica estampa coloreada de las postales maltesas.